El placer de leer y solo leer.
Según un filósofo alemán de origen coreano vivimos en la “era del cansancio”. No es extraño, porque todos tenemos falta de concentración. Es extraño ver a alguien concentrado haciendo una sola cosa. Unos andan o corren por la calle escuchando su música favorita y despistados de los vehículos que “acechan” o de las farolas que se empeñan en no apartarse. Otros nos empeñamos en escribir cosas mientras Miguel Poveda canta flamenco en Youtube. Los ejecutivos trabajan con el móvil mientras responden correos electrónicos y mantienen una conversación. En clase los alumnos atienden a la pantalla de sus portátiles mientras el profesor explica un modelo en la pantalla del aula y sus “escuchantes” buscan viajes baratos o el último vídeo idiota que le ha mandado alguien… Todos los ejemplos que usted quiera.
Está demostrado que el cerebro humano no puede atender con conciencia a dos temas a la vez. Salta de uno a otro, salta muy deprisa, pero pierde información en esos saltos. Puedes oír al profesor de fondo, pero no puedes escucharlo y difícilmente podrás memorizar lo que dice más allá de treinta segundos.
¿Cómo sabremos dónde ir, si no sabemos dónde estamos?
Habrá que reivindicar el derecho a hacer una sola cosa a la vez, a tener la atención en aquello que hacemos, a dejar de hacer malabares con el cerebro. Y entre otras cosas a leer y solo leer en este momento y en este preciso instante.
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El ocaso de la gestión de Recursos Humanos Pello Yaben Solchaga Ed. Almuzara Córdoba, 2017. “El talento en las empresas es un coladero de ineptos, amiguetes y pusilánimes”. Es una frase del autor del libro en un periódico. Cuesta definir qué es el talento, pero, al menos, hay alguien que sabe para qué sirve. El libro que animamos a leer tiene como subtítulo: “Liderazgo, talento, coaching y otros despropósitos”. No digamos que no lo hemos pensado alguna vez. Venimos de una época, años ochenta, noventa, en la que los Recursos Humanos se hacían a golpe de herramienta. Teníamos herramientas para todo, lo que no sé es si las empresas tenían suficientes empleados. Más de una vez escuché decir a un mando de esos tiempos: “es que tengo la impresión de trabajar para RRHH”. Es posible que las herramientas perdieran sus objetivos y propósitos y se hicieran importantes en sí mismas. Y el autor lo señala: lo que no tiene propósito es un despropósito. El libro está lleno de críticas y también de ideas. No hace falta rascar mucho para percibir el afecto del autor por ese tema de los recursos humanos… bien hechos. |
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Bajo una nueva gestión David Burkus Ed. Empresa Activa Barcelona, 2017. Hay una serie de libros que comienzan a cuestionar las formas en las que hoy gestionamos las organizaciones. Burkus aporta una serie de empresas que hacen lo contrario de lo habitual y a las que les va bien. Es de suponer que depende de las circunstancias y situaciones de cada organización para que estas medidas, un tanto drásticas, funcionen. Hay empresas que limitan o directamente anulan el correo electrónico… y mejoran en su capacidad de concentración… y de comunicación. Ahora tienen que hablar los temas y los malentendidos se reducen. También evitan las distracciones que llegan con el correo. Otro ejemplo es el de empresas que han descubierto que cuidando y dando responsabilidad a sus empleados, logran un mejor servicio a sus clientes. Al fin y al cabo son clientes internos. Otras empresas te premian si al final del proceso de formación al incorporarte, decides marcharte. A la larga se quedan con los más comprometidos. Algunas de las políticas afectan directamente a Recursos Humanos. Eliminar la evaluación de desempeño y sustituirla por un medio más cualitativo y menos agresivo parece tener éxito. Tener una política transparente de salarios (no confundir con salarios transparentes) aumenta la confianza y el rendimiento de los empleados. Se pierde menos tiempo en rumores y hace que todo sea más fácil. En este libro encontrará muchas ideas para dar un vuelco hacia distintas maneras de gestionar su organización. |
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Pre-suasión Robert Cialdini Editorial Conecta Barcelona, 2017. “Pre-suasión” tiene algo en común con “El Arte de la Guerra”: debemos persuadir al enemigo de la falta de utilidad de hacernos la guerra. En este caso se trata de convencer al otro, antes de comenzar la discusión. Cialdini publicó otro libro llamado “Persuasión”, citado por muchos estudiosos del tema. Esta vez ha dado una vuelta de tuerca al tema. Convencer antes de persuadir. En general el libro va de este tema, creo. Pero no es fácil resumir un libro que tiene en su bibliografía casi setenta páginas. Toca muchos temas, unos recogidos en el índice y otros que aparecen a vuela pluma. Se lee muy bien y ofrece muchas ideas para persuadir a nuestros interlocutores. Al leerlas te das cuenta de que muchas ya nos las han aplicado a nosotros. |
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El camino para innovar Manuel Macías Rodríguez Ediciones Deusto. Barcelona, 2017. Han aparecido bastantes libros sobre cómo crear empresas. Algunos de ellos no han aparecido en estas hojas porque nos parecía que les faltaba el subtítulo: “El camino más rápido a la ruina mientras persigue sus sueños”. El subtítulo de este libro es: “Cómo pasar de la idea al modelo de negocio creando valor para tus clientes”; esto suena más sensato. Cuando alguien quiere crear una empresa y aparece con una hoja de cálculo parece una insensatez. Cómo vas a aplicar una hoja de cálculo a un modelo que no conoces, cómo aplicas fórmulas matemáticas a una estimación realizada a ojo (o a golpe de delirio). Este libro ofrece una guía estupenda para aplicar a un nuevo negocio o a un negocio que hace poco has puesto en marcha. Tiene herramientas y muchas preguntas clave que te enfocarán en los aspectos más importantes de un negocio. Es una buena manera de investigar en qué consiste tu idea de negocio y qué van a ganar tus posibles clientes. Crear valor para tus clientes es una de las claves para que el negocio funcione y tenga sentido. Muchos emprendedores creen que la clave está en tener una buena idea y eso es solo el principio. Cuando me preguntan qué necesita un negocio para funcionar suelo responder (sin gota de cinismo): “clientes… que paguen”. |