«No podemos influir en la dirección de los vientos, pero sí aprovechar su fuerza”.
Anónimo
- Las crisis o “situaciones adversas y de turbulencia” tienden a aumentar y no a disminuir, forman parte de los grandes cambios a los que estamos sometidos.
- Las “situaciones adversas y de turbulencia” no son buenas ni malas, pueden verse y tratarse como una oportunidad o como una amenaza. De la “visión y trato” que les demos, depende su poder de “hacernos crecer o estancarnos».
- Las crisis o “situaciones adversas y de turbulencia” son un proceso humano inevitable e importante. No es deseable eliminarlas ya que su desaparición representaría la falta de todo crecimiento. La vida humana es una alternancia entre los momentos de paz que implica haber logrado algo y la inquietud de alcanzar anhelos y deseos mayores.
- Es mucho mejor aprender cómo enfrentar las “situaciones adversas y de turbulencia” cuando no estamos inmersos en ellas. La no involucración y la distancia nos permite captar aspectos que, en plena crisis, no podríamos percibir. Después de todo, las grandes crisis personales no están relacionadas sólo con lo que acontece sino con la “carga emocional” que le añadimos.
- No podemos aspirar a eliminar las crisis o “situaciones adversas y de turbulencia”; pero sí aprender a aprovecharlas para que sirvan a nuestro crecimiento. La palabra “crisis” viene del griego y significa “cambio y prueba”. El mismo nacimiento es una crisis, la primera crisis seria que inicia nuestro proceso de crecimiento.
